“¿Qué hay detrás del tuit de Dave Asprey? ¿Se ha borrado la vacuna COVID-19 del calendario infantil... o solo la han movido?”
Contenido del post:
En mayo 2025, Robert F. Kennedy Jr. –recién nombrado Secretario del HHS y conocido defensor de teorías contrarias a la vacunación convencional– anunció que la vacuna contra el COVID-19 ya no estaría recomendada de forma automática para niños sanos y embarazadas. Esto no equivale a eliminarla por completo del calendario oficial del CDC, sino a convertirla en una decisión médica compartida entre doctor y paciente (The Washington Post, Vanity Fair, K-12 Dive).
¿Por qué genera controversia?
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El anuncio se hizo sin seguir el procedimiento habitual del comité asesor de vacunación (ACIP), lo que encendió alarmas por su falta de transparencia y posible interferencia política (ABC News, The Washington Post, Vanity Fair, K-12 Dive).
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Organizaciones como la Academia Americana de Pediatría y el Colegio Americano de Obstetras advirtieron que aún hay riesgos importantes de COVID-19 para estos grupos y que la vacunación sigue siendo una herramienta clave (The Washington Post, Vanity Fair).
¿Qué efectos tiene esto en la práctica?
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Podría reducir la cobertura por seguros, ya que muchas aseguradoras siguen el calendario del CDC para reembolsos (The Washington Post, The Economic Times).
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Además, Florida y otros estados conservadores están usando este escenario para debilitar aún más los mandatos escolares de vacunas, creando lineamientos estatales divergentes y una amenaza real a la coherencia del sistema sanitario nacional (The Washington Post).
¿Conspiración o realismo político?
Para algunos, esto pinta a una maniobra política: sacas la recomendación automática, generas confusión, abres camino a que pocas personas accedan a la vacuna, y mientras tanto, desmantelas los comités técnicos. El resultado: debilitamiento de la confianza pública en las vacunas y en la ciencia.
Y sí, como en toda buena narrativa conspirativa: parece un plan orquestado para que “nadie sepa ya qué vacuna toca”.
Conclusión directísima:
La afirmación de Dave Asprey de que RFK Jr. retiró la vacuna COVID del calendario infantil no está del todo desinformada, pero sí es exagerada y confusa. La vacuna sí fue retirada como recomendación automática para grupos específicos, pero no fue eliminada plenamente. Sus efectos e implicaciones expresan una transformación profunda en la política sanitaria: desde procesos científicos hacia decisiones más políticas y controversiales.
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