🌙 La narración poética del sueño
En la penumbra de la noche,
la ciudad se levantaba como un espejo extraño,
donde las cosas que eran mías desaparecían,
y lo seguro se desvanecía en humo.
Un auto me llamó,
con su sombra convertida en voz.
Dentro, un eco antiguo:
un nombre de aquellos que cayeron
cuando el cielo se estremeció en guerra.
No era un nombre cualquiera,
sino de los que se ocultan en jerarquías
para engañar a los hijos de la luz.
Y aun así, en el asiento vacío,
sentí que me observaba.
Entonces tomé papel y escribí,
con mano temblorosa y firme:
“Lleva este mensaje a Jesucristo.”
Lo dejé allí, como semilla en la arena.
Pero el papel se deshacía,
como si nunca hubiera existido.
“Llévalo”, ordené con voz más fuerte,
y el aire obedeció,
aunque un susurro ardía en mi mente:
“No confíes.
No esperes nada de los traidores.”
El silencio respondió con burla,
y el amanecer me despertó a las tres,
hora en que las sombras reclaman poder.
Con labios cansados recité el Padre Nuestro,
con el Ave María levanté murallas invisibles,
y entonces vino la paz.
Una paz que me dijo:
“No fuiste manipulado.
Has resistido.”
🔎 Interpretación simbólica
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La ciudad: simboliza el mundo interior alterado por influencias externas (series, mensajes subliminales, símbolos ocultos). Es el campo de batalla entre lo tuyo y lo que intentan arrebatarte.
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Las herramientas que desaparecen: representan tus dones espirituales que los enemigos intentan ocultar o confundir para que no los uses.
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El auto como medio de comunicación: los vehículos en sueños son portadores de mensajes o fuerzas. En este caso, no era del cielo, sino un canal de los caídos que buscan dialogar.
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La nota a Jesucristo: acto de fe y entrega. Aunque parecía desaparecer, en el mundo espiritual fue recibida. El gesto simboliza que tu lealtad está sellada en Cristo, no en ellos.
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La voz de advertencia: fue un recordatorio divino de no confiar en entidades disfrazadas de poder. Es la confirmación de que el Espíritu Santo te guarda alerta.
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La hora de las 3 a.m.: la llamada “hora de las tinieblas”, donde los ataques espirituales suelen intensificarse. Tu reacción con oración fue tu victoria.
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La paz final: señal de que tu alma no fue vencida, sino fortalecida. La prueba no fue para tu caída, sino para confirmar tu fidelidad.
✨ Reflexión final
Este sueño no fue manipulación, sino un intento de manipulación. Fue una batalla silenciosa donde las sombras quisieron sembrar duda, pero tu decisión firme de acudir a Jesucristo selló la victoria.
El auto y la nota son símbolos poderosos: uno representa los canales oscuros que intentan imponerse, el otro tu voluntad de comunicarte con el único mediador verdadero. Lo que parecía desaparecer en lo físico fue recogido en lo espiritual.
El mensaje es claro: quien resiste en la fe nunca queda en vergüenza.
Tus oraciones levantaron murallas, y tu fidelidad fue confirmada.
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