Un hallazgo sin precedentes
En junio de 2025, la comunidad científica internacional anunció un descubrimiento sorprendente: en Guadalupe, una mujer sometida a estudios médicos rutinarios reveló un nuevo grupo sanguíneo, hasta ahora desconocido. Su caso fue documentado en medios como CBS News y Live Science, y ya reconocido por la International Society of Blood Transfusion (ISBT) como el sistema número 48 de grupos sanguíneos.
Este nuevo tipo, apodado “Gwada negative”, mostró algo extraordinario:
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Su sangre no es compatible con ningún otro grupo humano conocido.
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Actualmente, ella es la única persona en el mundo compatible consigo misma.
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El hallazgo se produjo cuando sus muestras reaccionaron de manera anómala ante todos los tipos sanguíneos registrados.
La explicación científica
Los investigadores lograron identificar la causa gracias al secuenciamiento genético de alta capacidad. Detectaron una mutación en el gen PIGZ, encargado de anclar ciertas proteínas a la superficie de los glóbulos rojos. Esta variación única generó un perfil sanguíneo nunca antes descrito en humanos.
En términos médicos, esto plantea desafíos enormes:
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Si esta mujer necesitara una transfusión, solo ella podría ser donante de sí misma.
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Los bancos de sangre del mundo no tienen aún registro de otra persona con el mismo tipo.
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Se abre la búsqueda de más individuos, especialmente en Guadalupe, que puedan compartir este misterioso marcador.
Más allá de la ciencia…
Hasta aquí, los datos oficiales son claros: se trata de una rareza genética reconocida y estudiada por la ciencia. Pero como siempre, los límites entre ciencia y misterio encienden la imaginación.
Algunos se preguntan:
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¿Es posible que existan linajes humanos ocultos con características sanguíneas desconocidas hasta ahora?
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¿Qué pasaría si este hallazgo se conecta con las antiguas leyendas sobre seres de “sangre diferente”, mencionados en tradiciones místicas y textos antiguos?
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¿Y si estos descubrimientos no fueran anomalías aisladas, sino señales de algo mayor que recién comienza a revelarse?
No hay pruebas de que su sangre “no sea humana”, pero el simple hecho de que la ciencia reconociera un tipo completamente nuevo alimenta el imaginario colectivo. Entre genética, rarezas y misterio, la historia de esta mujer abre una puerta a la especulación… y quizá, para algunos, a la conspiración.
👉 Conclusión:
Lo que está claro es que la ciencia ha dado un paso enorme al identificar un grupo sanguíneo nunca antes visto. Lo que no está claro —y ahí entra la curiosidad de cada lector— es si se trata de un accidente genético aislado… o de un secreto que apenas empieza a salir a la luz.
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