Introducción
En las redes sociales circulan imágenes que buscan establecer paralelos entre el islam y el satanismo, asociando a Allah con prácticas ocultistas y al Corán con influencias demoníacas. Una de ellas muestra la comparación entre Allah y Satanás, basada en símbolos como el número 72, la negación de la divinidad de Cristo, y la acusación de engaño espiritual.
¿Se trata de verdades ocultas, coincidencias numerológicas o propaganda religiosa?
El número 72: ¿Virgenes o demonios?
La imagen destaca la cifra 72:
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En el islam, se asocia al paraíso prometido a los mártires con 72 huríes (vírgenes). Esta tradición, sin embargo, no se encuentra directamente en el Corán, sino en algunos hadices (relatos atribuidos a Mahoma).
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En el ocultismo occidental, el número 72 aparece en la Llave Menor de Salomón, donde se mencionan 72 demonios sometidos por el rey bíblico mediante sellos mágicos.
El 72 tiene connotaciones místicas en muchas tradiciones (72 nombres de Dios en la cábala judía, 72 ángeles, 72 discípulos enviados por Jesús en el Evangelio de Lucas), lo que sugiere que no es exclusivo del islam o el satanismo, sino un número simbólico recurrente en la espiritualidad.
Cristo negado o redefinido
El islam sostiene que Jesús (Isa) fue un gran profeta, nacido de una virgen, pero no es Dios encarnado. En contraste, el cristianismo proclama su divinidad y su rol como único Salvador.
La imagen interpreta esta diferencia como una “negación satánica” de Cristo. Sin embargo, los musulmanes no niegan a Jesús: lo veneran como “Mesías”, aunque con un significado distinto.
El culto a la piedra, la luna y el cubo
Uno de los puntos más polémicos del gráfico acusa a los musulmanes de adorar:
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La piedra negra de la Kaaba en La Meca.
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La luna creciente como símbolo del islam.
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El cubo de Saturno (relación conspirativa entre la Kaaba cúbica y los cultos saturninos).
Históricamente, los musulmanes no consideran que adoran la piedra, sino que la Kaaba es un punto de unidad para la oración. Sin embargo, la semejanza simbólica entre estructuras cúbicas, astros y dioses antiguos ha alimentado teorías de sincretismo religioso.
El título del “Gran Engañador”
La imagen concluye que tanto Allah como Satanás son “el mayor de los engañadores”. Aquí se mezcla teología y conspiración:
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El Corán menciona que Allah es el mejor planificador frente a las intrigas de los enemigos de la fe. En traducciones polémicas, algunos lo interpretan como “el mejor engañador”.
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En la Biblia, Satanás es llamado “el padre de la mentira” (Juan 8:44).
El parecido terminológico ha sido usado por críticos para sugerir que Allah y Satanás son el mismo ser, aunque dentro de la tradición islámica esta idea es completamente rechazada.
Reflexión final
¿Son estos paralelos prueba de que Mahoma fue inspirado por fuerzas oscuras? ¿O son interpretaciones sesgadas que ignoran los contextos históricos y culturales?
Lo cierto es que los símbolos, los números y los relatos sagrados muchas veces se entrelazan, como si una misma fuente de conocimiento fuera reinterpretada a través de distintas religiones.
El reto para el buscador espiritual es discernir: ¿dónde termina la revelación divina y dónde empieza la manipulación del adversario?
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