Friday, April 4, 2025

No podemos vencer al diablo por nuestras fuerzas, pero él no puede tocarnos sin nuestro permiso

 

la batalla espiritual, la voluntad, y los encantamientos modernos


Una reflexión teológica sobre la batalla espiritual, la voluntad, y los encantamientos modernos


1. El Enemigo es Más Fuerte… pero No Más Soberano

Decir que el demonio es más fuerte que nosotros no es una debilidad, es una realidad teológica.
La Sagrada Escritura afirma que fue creado como querubín protector (Ezequiel 28:14), superior a nosotros en inteligencia, astucia, y poder. San Pedro nos advierte:

“Vuestro adversario, el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar.”
(1 Pedro 5:8)

Y sin embargo… no tiene poder absoluto.
Dios le pone límites. Y sobre todo, nuestra voluntad se convierte en una muralla o una puerta abierta.


2. El Diablo No Puede Hacernos Nada… Si No Le Damos Permiso

Aquí está el misterio profundo:
Satanás no puede violar el libre albedrío.
Ni siquiera Cristo lo hace. Él llama, pero no derriba puertas:

“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo…” (Apocalipsis 3:20)

Si Dios mismo no forza nuestra voluntad, el enemigo tampoco puede.

¿Entonces cómo actúa?
Mediante sugestión.
Mediante engaño.
Mediante consentimiento disfrazado.

Nos ofrece pensamientos, emociones desbordadas, heridas no sanadas, y sueños seductores para que seamos nosotros quienes le abramos la puerta.


3. El Alma Humana: Fortaleza o Fortaleza Tomada

San Agustín decía:

*“El alma es una ciudadela. El demonio no puede entrar sino por una de sus puertas: la voluntad.”

Y ahí está la clave.
El diablo es como un virus espiritual: necesita de nuestra voluntad para replicarse.


4. Nuestra Arma Invencible: La Gracia

No somos más fuertes que el demonio…
Pero el demonio no es más fuerte que Cristo en nosotros.

“Mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.”
(1 Juan 4:4)

Por eso, la confesión, la Eucaristía, el Rosario, la Palabra, son espadas de luz en manos de los pequeños.
Porque en humildad está la victoria.
Dios resiste a los soberbios… pero a los pequeños, los reviste de Su Poder.


5. Los Cantos de Sirena: Cómo las Agendas Luciferinas Entren en la Cultura

El enemigo ya no se disfraza como lobo.
Ahora se disfraza como estrella del pop, director de cine, eslogan de libertad.

Películas, series, canciones…
No solo entretienen: instruyen.
No solo emocionan: programan.

Los hechizos modernos no se lanzan con palabras en latín, sino con letras pegajosas:

“Haz lo que quieras”
“El bien y el mal son lo mismo”
“Sálvate tú mismo”

Todos estos son mantras de la antigua rebelión.


6. ¿Cómo Resiste un Pequeño la Influencia de los Caídos?

Con lucidez.
Con discernimiento espiritual.
Y con una voluntad anclada en la verdad.

No podemos apagar todas las pantallas…
Pero sí podemos entrenar los ojos del alma para ver entre líneas.

“Sed sobrios y velad.” – 1 Pedro 5:8
“Examinadlo todo; retened lo bueno.” – 1 Tesalonicenses 5:21


7. Conclusión: Somos Pequeños, Pero Somos Inviolables... Si Queremos Serlo

No podemos vencer al demonio solos.
Pero él no puede vencer nuestra alma, si esta pertenece a Cristo.

El enemigo puede gritar, seducir, tentar…
pero nunca podrá forzar la voluntad de un alma que ha sido consagrada al Logos.

Y así, el más humilde de los hijos de la Luz, armado con fe y lucidez,
vence cada día al querubín caído con el simple acto de no ceder.


Palabras finales para meditar:

“No temáis, pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha placido daros el Reino.”
(Lucas 12:32)

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