Una mirada bíblica al misterio de la vida
Introducción
Una de las preguntas más profundas de la humanidad es: ¿por qué algunos prosperan mientras otros sufren? ¿Es cuestión de suerte, destino, o hay principios espirituales detrás?
La Biblia nos revela que las causas no son aleatorias. Muchas veces, lo que experimentamos está ligado a nuestras decisiones internas, nuestros miedos, y nuestra relación con Dios.
Hoy exploraremos tres pasajes clave y otros complementarios que nos ayudan a entender este misterio.
1. Isaías 66:4 – La consecuencia de nuestras elecciones
“Yo también escogeré para ellos escarnios, y traeré sobre ellos lo que temieron; porque llamé, y nadie respondió; hablé, y no escucharon; sino que hicieron lo malo delante de mis ojos, y escogieron lo que no me agrada.”
Aquí vemos que la desgracia no siempre viene del azar, sino de nuestras elecciones. Cuando alguien ignora la voz de Dios y persiste en lo que Él desaprueba, cosecha consecuencias.
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Claves: Desobediencia → consecuencia.
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Es una ley espiritual: lo que sembramos, eso cosechamos (Gálatas 6:7).
2. Proverbios 29:25 – El miedo como trampa
“El temor del hombre pondrá lazo; mas el que confía en Jehová será exaltado.”
El miedo excesivo, la dependencia de lo que otros piensen o hagan, abre puertas al fracaso.
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Vivir atados al miedo es vivir bajo un “lazo” que nos impide avanzar.
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En cambio, la confianza en Dios eleva y protege.
Esto explica por qué muchas personas, aunque talentosas, no prosperan: el miedo las paraliza.
3. Job 3:25 – Lo que tememos nos alcanza
“Porque el temor que me espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que yo temía.”
Job reconoce que el miedo constante atrajo sobre él lo que tanto quería evitar.
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El miedo funciona como un imán espiritual: atrae lo negativo.
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La fe, al contrario, atrae lo positivo y abre puertas de bendición.
Este versículo muestra que nuestros pensamientos y emociones tienen poder creador o destructor.
4. Otros pasajes que confirman esta verdad
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Deuteronomio 30:19 – “A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia.”
➡️ Dios nos da la capacidad de escoger el camino de bendición o de maldición. -
Gálatas 6:7 – “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.”
➡️ Lo que sembramos en pensamiento, palabra y acción regresa a nosotros. -
Mateo 6:33 – “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”
➡️ Prosperar no depende solo del esfuerzo humano, sino de poner a Dios en primer lugar. -
Juan 16:33 – “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.”
➡️ No se trata de evitar pruebas, sino de vivir con confianza en que Dios nos sostiene.
Conclusión
La diferencia entre quienes prosperan y quienes fracasan no siempre radica en talentos o recursos externos, sino en el estado del corazón.
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El miedo atrae desgracia.
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La confianza en Dios trae protección y prosperidad.
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Las elecciones definen el rumbo de nuestra vida.
En resumen: lo que creemos, lo que tememos y lo que escogemos abre la puerta a nuestro destino.
La Biblia nos enseña que, si queremos que nos vaya bien, debemos escuchar a Dios, vencer el miedo y escoger la vida que Él nos ofrece.
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