Introducción: la fe escondida en un símbolo
Cuando el cristianismo apenas daba sus primeros pasos en el Imperio Romano, ser discípulo de Jesús era una decisión peligrosa. La persecución podía costar la vida. Sin embargo, los creyentes encontraron formas ingeniosas de reconocerse entre ellos. Uno de los símbolos más poderosos y discretos fue el pez (ἰχθύς / ichthys en griego). Lo que a simple vista parecía un simple dibujo, escondía en realidad una confesión de fe que unía a comunidades enteras.
El acrónimo ΙΧΘΥΣ: más que una palabra
La palabra griega ΙΧΘΥΣ (ichthys) significa pez.
Pero los cristianos la usaban como un acrónimo secreto:
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Ι → Ἰησοῦς (Iēsous) = Jesús
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Χ → Χριστός (Christos) = Cristo
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Θ → Θεοῦ (Theou) = de Dios
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Υ → Υἱός (Huios) = Hijo
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Σ → Σωτήρ (Sōtēr) = Salvador
👉 Traducido: “Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador”.
Este acrónimo era un auténtico credo cifrado. No hacía falta escribir largos sermones: bastaba con trazar un pez en la arena o en un muro para transmitir todo un mensaje de esperanza.
El símbolo del pez en la arqueología
Excavaciones en catacumbas romanas, iglesias primitivas y objetos funerarios han hallado el símbolo del pez grabado en piedras, monedas y mosaicos.
El pez cumplía dos funciones:
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Identificación secreta: si dos desconocidos sospechaban que eran cristianos, uno dibujaba medio pez; si el otro completaba la figura, quedaba confirmada la fe compartida.
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Confesión pública, pero camuflada: los paganos podían verlo como un simple pez, pero los cristianos leían el mensaje escondido.
Incluso el escritor cristiano Tertuliano (siglo II d.C.) usó la imagen diciendo: “Nosotros, pequeños peces, nacemos en el agua siguiendo a nuestro gran Pez, Cristo”.
Romanos, mujeres y la expansión del símbolo
Los documentos arqueológicos muestran que no solo esclavos o pobres adoptaron la fe.
Había soldados romanos que grababan discretamente el ichthys en tablillas, y también mujeres de distintas regiones que lo portaban en joyas o tejidos.
Esto revela que el cristianismo rompió barreras sociales y de género, llegando a convertirse en un movimiento universal mucho antes de ser aceptado oficialmente en el Imperio.
Una señal gnóstica y profética
Desde una mirada gnóstica, el pez representaba la inmersión del alma en las aguas de la existencia y la posibilidad de resurgir en Cristo como Salvador.
En la Biblia, Jesús multiplica los peces para alimentar a la multitud (Mateo 14:17-20), y llama a sus discípulos a ser “pescadores de hombres” (Mateo 4:19).
El símbolo, por lo tanto, no solo recordaba a Jesús como Hijo de Dios, sino también a la misión de rescatar almas sumergidas en el mar del mundo.
Conclusión: el secreto que sigue vivo
El pez (ichthys) fue la primera contraseña espiritual de los cristianos. Un signo sencillo que unía a perseguidos, soldados, mujeres, ricos y pobres en una misma fe.
Hoy, aún lo vemos en autos, iglesias y colgantes, recordándonos que la fe cristiana nació marcada por la necesidad de esconder la luz en medio de la oscuridad, pero siempre con la certeza de que esa luz no se podía apagar.
Referencias
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Catacumbas de San Calixto (Roma), inscripciones con símbolos de pez.
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Tertuliano, De Baptismo, cap. 1.
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Biblia: Mateo 4:19; Mateo 14:17-20.
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Blázquez Martínez, J.M. Arqueología y Cristianismo Primitivo. Madrid, 1993.
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