En redes circula un argumento que pretende demostrar que “Jehová y Satanás son la misma persona”.
La base de esta idea es comparar dos pasajes bíblicos que narran el mismo acontecimiento:
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1 Crónicas 21:1 (RVR1995): “Se levantó Satanás contra Israel e incitó a David a que hiciera censo del pueblo”.
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2 Samuel 24:1 (RVR1960): “Volvió a encenderse la ira de Jehová contra Israel, e incitó a David contra ellos a que dijese: Haz un censo…”
El razonamiento de quienes promueven esta comparación es:
“Si un texto dice que fue Satanás y otro que fue Jehová, entonces Jehová = Satanás”.
Pero esta conclusión es errónea si se analiza con las reglas básicas de interpretación bíblica y conociendo la mentalidad hebrea de la época.
1. Causa última vs. causa instrumental
La Biblia con frecuencia presenta un mismo evento desde dos perspectivas:
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Causa última: Dios permite el acontecimiento como parte de su juicio o plan soberano.
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Causa instrumental: el agente que ejecuta la acción (puede ser un hombre, un ejército o incluso Satanás).
En este caso:
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2 Samuel enfatiza que Dios permitió la situación como juicio por el pecado de Israel.
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1 Crónicas enfatiza que Satanás fue quien directamente incitó a David a realizar el censo.
Un ejemplo claro está en Job 1–2: Dios permite la prueba, pero Satanás es quien ejecuta la tentación y destrucción. No por ello son la misma entidad.
2. El verbo “incitar” en hebreo
En hebreo, la palabra traducida como “incitar” (סוּת – sut
) no significa necesariamente tentar al pecado, sino provocar o permitir que algo ocurra.
En la mentalidad hebrea, todo lo que sucede puede ser atribuido a Dios como causa suprema, incluso cuando un agente intermedio es quien actúa directamente.
3. Dios no tienta al mal
La Escritura es clara:
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Santiago 1:13: “Dios no puede ser tentado por el mal, ni Él tienta a nadie”.
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1 Corintios 10:13: Dios permite pruebas, pero siempre ofrece una salida.
Esto excluye la idea de que Dios sea la misma persona que Satanás o que actúe con la misma naturaleza malvada.
4. Un patrón bíblico consistente
En toda la Biblia vemos este mismo patrón:
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Dios decreta o permite (causa última).
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Satanás ejecuta el mal (causa instrumental).
Ejemplos:
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Lucas 22:31–32: Jesús advierte que Satanás pidió zarandear a Pedro, pero Él intercedió.
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Éxodo 12:23: Dios anuncia juicio, pero es “el destructor” quien ejecuta la muerte de los primogénitos.
5. La falacia de la falsa equivalencia
Decir que Jehová y Satanás son la misma entidad por estas dos referencias es un error lógico.
Es como afirmar que:
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“El presidente ordenó la operación” y
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“El general ejecutó la operación”
significa que el presidente y el general son la misma persona. Obviamente no lo son, sino que actúan en diferentes niveles de autoridad y responsabilidad.
Conclusión
Jehová y Satanás no son la misma entidad.
1 Crónicas y 2 Samuel no se contradicen, sino que presentan dos perspectivas complementarias del mismo hecho:
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Dios permitió el censo como juicio.
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Satanás incitó directamente a David.
Así como un juez puede permitir que un delincuente sea arrestado por un oficial, sin ser el juez quien comete el crimen, Dios puede permitir la acción de Satanás para cumplir un propósito justo, sin ser Él mismo el autor del mal.
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