Introducción
Desde tiempos antiguos, la humanidad ha debatido sobre fenómenos donde una persona parece perder el control de sí misma y adoptar comportamientos extraños, violentos o sobrenaturales.
¿Estamos frente a una enfermedad mental o a una posesión espiritual?
Este dilema no solo se encuentra en los textos sagrados o en los manuales de exorcistas, sino también en la ciencia moderna, específicamente en la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD-11) de la Organización Mundial de la Salud.
El Código 6B63 en la ICD-11
En la ICD-11, el código 6B63 – Trastorno de trance y posesión describe un cuadro clínico donde:
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La persona sufre una pérdida del sentido de identidad personal.
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Su comportamiento es reemplazado por el de otra identidad, percibida como un espíritu, deidad o poder externo.
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Manifiesta movimientos, gestos, voces o conocimientos impropios de su vida normal.
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Los episodios no son voluntarios ni forman parte de rituales culturales aceptados.
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Genera angustia o disfunción en la vida diaria.
👉 Aquí la medicina lo aborda como un trastorno psiquiátrico, evitando el lenguaje espiritual, pero sin negar las características que se parecen a una posesión.
La Visión Cristiana: El Exorcista y el Poseído
En la tradición cristiana, el Ritual de Exorcismos identifica a un poseído a través de signos como:
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Aversiones a lo sagrado (cruces, agua bendita, oraciones).
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Lenguas desconocidas o saber oculto que la persona jamás aprendió.
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Fuerza desproporcionada.
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Cambios bruscos de voz y personalidad.
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Manifestaciones violentas o sobrenaturales.
Estas características coinciden casi punto por punto con el 6B63, aunque en la Iglesia se interpretan como la acción directa de un espíritu maligno.
Ciencia vs. Fe: Dos Lecturas de un Mismo Fenómeno
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La Medicina busca explicar el trance y la posesión como un trastorno disociativo, producto de traumas, estrés extremo o desórdenes neurológicos.
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La Iglesia lo entiende como una posesión demoníaca real, donde un espíritu maligno controla al individuo.
Ambas coinciden en los síntomas, pero difieren en el origen: uno lo atribuye a la mente, el otro al espíritu.
Puntos de Convergencia
Lo fascinante es que tanto la ciencia como la religión describen casi lo mismo:
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Pérdida de identidad.
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Control por un agente externo.
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Conductas ajenas al individuo.
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Angustia y sufrimiento real.
La diferencia es si ese agente externo es el inconsciente humano o un demonio.
Reflexión Final
El código 6B63 de la ICD-11 pone en evidencia que lo que por siglos se vio como posesión demoníaca hoy también tiene un lugar en los manuales médicos.
Quizás la ciencia y la fe no estén tan alejadas, sino que estén mirando la misma realidad desde ángulos distintos: el cuerpo y la mente, por un lado, y el alma y el espíritu, por el otro.
¿Y tú qué piensas?
¿Estamos ante un trastorno mental… o ante una verdadera lucha espiritual?
📖 Referencia oficial:
Organización Mundial de la Salud – ICD-11 for Mortality and Morbidity Statistics, código 6B63: Trance and Possession Disorder.
👉 Enlace a ICD-11 WHO
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