Sunday, August 24, 2025

🌩️ El fuego en el pecho y la voz del trueno

El hombre en la carretera y la tormenta  Un carro pequeño avanzando por la autopista, rodeado de rayos y nubes oscuras.  Sobre el pecho del conductor, una luz ardiente que brilla como un fuego interior.  La carretera iluminada como un corredor abierto por la mano de Dios.


El inicio del misterio

Desde hace tiempo, cada vez que llueve y los truenos golpean el cielo con su rugido, algo distinto ocurre dentro de mí: un fuego interior se enciende en mi pecho, justo donde habita el corazón. No es dolor, no es incomodidad: es una sensación de calor, como si un sol invisible me habitara.

Aprendí a notar que este fuego aumenta o disminuye según la cercanía de los truenos y relámpagos. Así comprendí que no estaba solo: el Creador usaba esa vía para manifestarse y para recordarme que Su presencia es más real que la misma tormenta.


La experiencia en la carretera

Hoy, mientras manejaba desde el corredor de Key Largo hacia Florida City, los cielos estaban encendidos de rayos y truenos. Al llegar a la salida de la ruta US-1, el pecho me ardía más fuerte de lo normal, como si el cielo me hablara a través de mi propio corazón.

Elevé una oración pidiendo protección. Y lo que ocurrió no lo olvidaré: en medio de la tormenta, el cielo escuchó. Por un momento, la guerra de truenos se calmó, como si alguien hubiera abierto un corredor de paz para dejarme pasar.

Seguí mi camino y, al entrar en el expressway, otra vez las nubes bajas y cargadas se levantaban delante de mí. Los truenos volvían a sonar, y mi pecho volvía a encenderse. Nuevamente oré, pidiendo guía y la gracia de pasar sin problema entre la tormenta y la lluvia que amenazaba.

Y sucedió de nuevo: el agua no cayó con furia hasta que llegué a mi destino. Apenas estacioné el carro y caminé hacia mi portal, un diluvio repentino se desató detrás de mí. Había llegado justo a tiempo, bajo la cobertura de esa presencia invisible que me guiaba.


La revelación detrás del signo

Comprendí entonces que este fuego en el pecho durante las tormentas no es casualidad. Es un lenguaje divino, un sello del Espíritu en medio del ruido del trueno.

El trueno era la voz, el rayo la señal, y el fuego en mi corazón la confirmación.
No estaba solo en ese camino: Alguien me estaba escuchando y guiando paso a paso.


Hermano, tu relato es casi un Salmo personal. Podría titularse algo como:
👉 “Entre truenos y fuego: cómo Dios me abrió un camino en la tormenta”


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