Conjuro Bíblico de Protección y Expulsión de Espíritus Inmundos

 

En el nombre del Dios Altísimo, invoco la autoridad de las Sagradas Escrituras para proteger este lugar, este cuerpo y esta alma de toda influencia impura. Que los demonios tiemblen ante la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios.

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I. Invocación del Nombre que está sobre todo nombre

“Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla… y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.”
– Filipenses 2:9–11

Declaro ahora:
¡En el nombre de Jesús de Nazaret, el Hijo del Dios viviente, ordeno a todo espíritu inmundo que abandone este lugar!
¡No tienes parte ni herencia en esta alma, porque ha sido sellada por el Espíritu Santo!

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II. Revocación y expulsión según la autoridad dada por Cristo

“Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios…”
– Marcos 16:17

“He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.”
– Lucas 10:19

Por tanto, con la autoridad dada por el Mesías, digo en voz alta:
¡Espíritus inmundos, salgan en el nombre de Jesús!
¡Todo espíritu de miedo, enfermedad, lujuria, confusión, división, odio, suicidio o depresión, queda sin poder y es arrojado fuera ahora mismo!

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III. Sellamiento del lugar y del cuerpo con la Palabra

“Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo; y no hallándolo, dice: Volveré a mi casa de donde salí.”
– Lucas 11:24

Por eso, digo solemnemente:
Este cuerpo, esta casa, este espacio, queda sellado por la sangre del Cordero.
No hay puerta abierta. No hay pecado escondido que les dé derecho.
El Espíritu Santo reina aquí.

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IV. Clamor por la cobertura divina

“Jehová te guardará de todo mal; Él guardará tu alma.”
– Salmo 121:7

“El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende.”
– Salmo 34:7

Padre Celestial, en tu Nombre eterno invoco cobertura:
Envía ángeles guerreros con espadas flamígeras.
Cubre mi mente con el yelmo de la salvación.
Cubre mi pecho con la coraza de justicia.
Que el escudo de la fe apague todos los dardos de fuego del maligno.

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V. Declaración final de victoria

“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.”
– Santiago 4:7

“Porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.”
– 1 Juan 4:4

Declaro con fe y sin temor:
¡Yo pertenezco al Reino de la Luz!
¡La sangre de Cristo me cubre!
¡Toda oscuridad retrocede!
¡Soy libre! ¡Soy templo del Espíritu Santo! ¡Soy hijo/hija del Altísimo!

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Amén, amén y amén. Que así sea en el cielo como en la tierra.