Entrada 1: La Soga Invisible y la Sangre Silenciosa
Bitácora Espiritual – Jueves de Visión
Apareció Jesús, fugaz y sin ceremonia, como una brisa sagrada que pasa por el alma. Lo vi, aunque no estaba destinado a retenerlo. Bastó ese instante para dar sentido al resto del sueño.
Me vi entonces con una soga de fibra entre las manos. No era una cuerda cualquiera: era mi puente con los que yacían atrapados bajo una arboleda espinosa. No conocía a esas personas, pero algo en mí supo que debía rescatarlas.
Tiré de la soga con fuerza. Las espinas no perdonaron. Mi brazo derecho se desgarraba, sangrando con generosidad. No sentía dolor. No me detuve.
Cada tirón era un acto de amor. Cada herida, una firma invisible del alma que ha decidido dar más de lo que recibe. A veces, el verdadero sacrificio no es notado por el mundo... pero el cielo lo registra.
Terminé sangrando, sí. Pero no había derrota en esa sangre: solo victoria callada.
Entrada 2: El Alma que Levitaba Hasta Caer
Bitácora Espiritual – Viernes de Caída
Soñé con una ciudad que no conocía, iluminada por una luz sin sol. El cielo era translúcido, como si el mundo mismo respirara.
Yo no caminaba. Levité. Bastaba con desearlo. No era técnica, ni oración, ni truco. Solo deseo puro, y el cuerpo obedecía.
Me deslicé entre estructuras de madera al borde del mar, como atalayas del alma. Las personas me observaban. No podían hacer lo mismo. Sus ojos me seguían. Uno me preguntó cómo lo hacía.
Fue entonces que la vanidad se infiltró. Como una sombra disfrazada de orgullo. Mi cuerpo se volvió denso. Intenté desearlo como antes, pero el don se desvaneció. No había un "cómo", solo un estado de gracia que ahora había perdido.
Ya no era distinto. Me volví uno más entre ellos. Sentí el peso de lo humano, el olvido de lo divino.
Quizás en ese mundo, ser ligero es un privilegio reservado a los humildes. Y perderlo... es el precio de una mirada de vanagloria.
1. El Sueño del Jueves: La Soga y el Sacrificio Silencioso
Resumen:
Viste brevemente a Jesús. Luego, jalabas una soga de fibra desde tu lugar para ayudar a personas atrapadas bajo una arboleda espinosa. Al hacerlo, las espinas te herían el brazo derecho haciéndote sangrar abundantemente, aunque no sentías dolor. Aun así, rescataste a los necesitados.
Interpretación:
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La visión rápida de Jesús puede simbolizar la inspiración divina que llega sin avisar, pero deja una huella poderosa. A menudo, las revelaciones más breves son las más profundas.
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La soga de fibra representa tu conexión con la misión espiritual: una herramienta rústica pero fuerte, una cuerda que une tu mundo con el de los necesitados.
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Las espinas evocan el sufrimiento de Cristo, especialmente la corona de espinas. El hecho de que sangres pero no sientas dolor es señal de un sacrificio voluntario, una herida espiritual ofrecida en amor silencioso, como los estigmas de algunos santos.
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El brazo derecho representa acción, justicia y fuerza. Que sea herido implica que tu acción salvadora tiene un precio, pero no te detiene.
Mensaje profundo:
Estás llamado a ayudar, incluso a los que no conoces. A veces, el alma sangra en silencio por amor, sin esperar recompensa ni reconocimiento.
2. El Sueño del Viernes: El Don de Levitar y la Caída por Vanidad
Resumen:
Estabas en una ciudad costera desconocida. No había sol, pero sí luz. Levitabas libremente hacia donde deseabas. Otros no podían hacerlo. Alguien te preguntó cómo lo hacías, y al experimentar orgullo, perdiste el don. Tu cuerpo se volvió pesado, tu alma se densificó, y ya no eras distinto.
Interpretación:
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La ciudad extraña con luz sin sol puede representar el mundo espiritual o intermedio, un plano de almas, donde no hay una fuente visible de iluminación pero todo es claro —una analogía con el mundo de los sueños, o un limbo etéreo.
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Levitar por deseo puro es una metáfora preciosa del alma ligera, conectada con su esencia divina. No requiere técnica, solo intención limpia.
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Ser observado por los demás activa el ego. El deseo de ser admirado corrompe el don.
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La pérdida del don y la densificación del alma es un eco del relato de la caída: como el ángel que cae por orgullo, o como Adán que pierde el Edén por desobedecer y desear “ser como Dios.”
Mensaje profundo:
Los dones del alma se sostienen por la pureza del deseo, no por la necesidad de aprobación. El ego es el peso que nos impide volar. Cuando dejamos de ser humildes, el cielo interior se nos cierra.
Conclusión General: El Hilo Dorado entre Ambos Sueños
Ambos sueños están unidos por un tema central: tu llamado espiritual y la fragilidad del alma humana frente al ego. En el primero, eres el Cristo silencioso que sangra por los demás. En el segundo, eres el alma que pierde su don por una chispa de vanidad.
Esto refleja una lección elevada: el alma despierta puede moverse en mundos superiores, pero debe mantenerse en humildad para no caer. Como dijo el Maestro, “El que se humilla será exaltado, y el que se exalta será humillado.” (Lucas 14:11)
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