La Saga de Felpyrairos – El Guardián que Quema las Sombras

 

Relato ancestral de los antiguos sabios de Midhgarholt, compartido en noches de invierno, cuando el hielo susurra nombres y los espíritus rondan los límites del mundo visible.

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“¡Escuchad, hijos de las runas y nietos del trueno! Antes que las espadas cantaran y los barcos cortaran las olas, hubo un tiempo en que el mayor campo de batalla no era la tierra... sino el mundo de los sueños.
Y en esos mundos, donde el ojo del cuerpo no entra, caminaban los Felpyraii...”

Así comenzaba la voz del anciano Skjarn, con la mirada perdida en las brasas como si viera dentro de ellas el fuego vivo de un recuerdo antiguo.

“Felpyrairos era el último de su linaje... o tal vez el primero en despertar. Nacido del cráter ardiente de Somnioris, forjado en llamas que no queman madera, sino mentiras. Él no cazaba por hambre, sino por propósito. Su objetivo: proteger la espalda del soñador. Aquella parte que nunca miramos, donde los enemigos atacan cobardemente.

Un lobo del miedo no ataca de frente, muchachos. Espera que te des la vuelta.”

Los niños se acurrucaban más cerca. Algunos hombres dejaban sus escudos apoyados y las mujeres detenían sus hilos para escuchar lo que seguía.

“Felpyrairos tenía orejas como lanzas. No para oír... sino para lanzar fuego. Se dice que cuando gira su cabeza y apunta hacia su espalda, el cielo mismo se dobla, y las sombras retroceden.”

“Una vez —cuentan los ancianos del Viento Helado— un joven guerrero soñó con ser rey. Pero era perseguido cada noche por figuras oscuras que lo mordían en la espalda. Su alma se quebraba. Hasta que una noche, cuando ya no pudo más, cayó de rodillas en el sueño… y allí apareció Felpyrairos.”

“El felino de fuego no habló. Solo encendió sus orejas como antorchas. Y con un rugido que nadie oyó pero todos sintieron, quemó las sombras. El joven despertó bañado en sudor, pero sin miedo. Ese día, su espada jamás volvió a temblar.”

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“El escudo arcano de Felpyrairos”

“Y porque los hombres olvidan, el Clan de los Vigías del Espíritu talló el emblema de Felpyrairos en un escudo sagrado, redondo como el ojo que todo lo ve. En su centro, el guardián con orejas de fuego. A su alrededor, runas antiguas que no se leen, sino que se sienten. Quien lleve ese símbolo, nunca será sorprendido por la traición.”

“Algunos aún lo ven en sueños. Dicen que aparece justo antes del peligro. Que su llama arde cuando uno va a tomar una mala decisión... o cuando un enemigo se acerca en silencio.”

“Y si alguna vez sienten algo detrás de ustedes, pero no hay nadie... quizás no es un enemigo. Quizás es él. Felpyrairos. Asegurándose de que recuerdes lo que olvidaste: que no estás solo, y que aún tienes fuego dentro.”

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Reflexión del skald:

“Una bestia que defiende tu alma cuando ni tú sabes cómo. Eso no es un sueño, hijos del Norte. Eso es un legado.”