🌑 Introducción
Esa noche, fui transportado a una ciudad que no pertenecía a este mundo…
una ciudad inmensa, hecha de mármol vivo y columnas tan altas que parecían tocar a los dioses.
No había vida. No había historia.
Solo máquinas gigantes respirando metal y levantando bloques mayores que diez manzanas de ciudad.
Yo caminaba con cuatro amigos.
Éramos insignificantes, como gatitos recién nacidos caminando entre titanes.
Y ahí comenzó todo.
🏛️ La Ciudad Titánica en Construcción
El aire vibraba con un zumbido metálico.
La ciudad entera estaba siendo ensamblada por maquinaria colosal,
como un templo olvidado de gigantes nefilim renaciendo ante mis ojos.
Bloques de mármol apilados como montañas.
Columnas más grandes que las de Olimpia.
Tentáculos mecánicos moviendo estructuras que parecían dormidas desde hace milenios.
Y nosotros, frágiles, caminando entre esas bestias de acero
para llegar al otro lado de la ciudad sin ser aplastados.
⚰️ El Mausoleo Blanco
Buscando refugio, subimos por una estructura ya terminada.
Era hermosa. Blanca. Perfecta.
Pero sin vida.
Una palabra cayó en mi mente como un eco de otro plano:
“Mausoleo.”
Entramos.
Los pasillos eran amplios, limpios, inmensos.
Pero vacíos.
Perfectos… y muertos.
🧠 Los Maestros Fantasma
En uno de los niveles del edificio, vi algo que me detuvo el alma.
Un maestro.
No un hombre.
Una proyección tridimensional.
Una inteligencia artificial dando matemáticas a estudiantes invisibles.
Interactuaba, respondía preguntas, guiaba…
pero no era real.
Las escuelas ya no existían físicamente.
Los niños aprendían desde sus casas con “maestros” que no tenían cuerpo.
Y lo más inquietante:
El resto del mundo creía que eran humanos.
Yo pasé la mano a través de la proyección.
Se distorsionó como humo luminoso.
No era un ser vivo.
Era un espíritu hecho de luz artificial.
Otro maestro holográfico apareció, como irritado por mi presencia,
regañándome para que siguiera caminando.
Había maestros para cada grado.
Pero no había maestros humanos.
Solo ecos digitales.
🛣️ La Salida y el Camino Seguro
Al llegar al nivel más bajo, la ciudad volvía a estar viva:
-
calles llenas
-
camiones
-
trabajadores regresando a casa
-
ruido humano real
Uno de ellos se nos acercó y nos dijo:
“Esa calle es peligrosa.
Vayan por la otra.
Ahí es más parejo.
Más seguro para su familia.”
Así lo hicimos.
🧍🏿♀️ 🧒🏿 La Bendición y la Maldición
En esa calle tranquila, una madre y su hija —de piel negra, ojos vivaces— intentaron vendernos algo.
La historia que contaban sonaba falsa…
y la causa que mencionaban no encajaba con nuestros ideales.
Les dijimos que no.
Pero antes de irnos, mi esposa y yo bendijimos a la niña:
“Dios te bendiga, pequeña.”
La reacción fue inmediata.
La niña dijo algo en una lengua extraña…
una maldición disfrazada de palabras extranjeras.
La madre la regañó severamente.
Yo, sin entender el idioma, entendí el espíritu detrás de sus palabras.
Y mirando al cielo dije:
“Dios, perdónala… porque no sabe lo que hace.”
🦷 El Diente de Oro
La madre me miró fijamente y me preguntó:
“¿Qué tienes en la boca?”
Metió sus dedos en mi dentadura —y en ese instante me desperté.
Era la hora exacta de mi cita con el dentista.
Un diente de oro…
un símbolo de valor, palabra, sabiduría y despertar.
Un sello espiritual.
✨ Conclusión
Desperté sabiendo que no había sido un sueño común.
Era una advertencia.
Un mapa.
Un mensaje.
Un anuncio del mundo que viene:
gigante, frío, mecánico…
Y un recordatorio de que la luz que uno da siempre revela la sombra en otros.
Sin embargo, el cielo sigue guiando tus pasos.
Y tú —aún diminuto entre los gigantes—
siempre encuentras el camino seguro.
Etiquetas / Tags
sueños, profecía, inteligencia artificial, espiritualidad, señales divinas, construcciones antiguas, nefilim, mundo futuro
Hashtags
#SueñoProfético #MundoFuturo #IAEspiritual #MensajesDelCielo #CiudadDeMármol
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.