Introducción
En uno de los patios silenciosos del Capitolio de La Habana —fuera de la vista del ciudadano común— se encuentra una escultura que pocos conocen, pero que todos deberían ver al menos una vez.
Un ángel rebelde con el puño levantado hacia el Cielo, en actitud de desafío absoluto.
Este no es un mito reciente de redes sociales.
No es una exageración.
No es una metáfora.
Es una obra real, sólida, esculpida hace más de un siglo por el artista italiano Salvatore Buemi, y colocada en el corazón simbólico del poder político cubano.
Y su presencia abre una pregunta inquietante:
¿Qué hace una estatua de Lucifer —levantando su puño contra el Altísimo— en el centro neurálgico de la nación cubana?
Y aún más perturbador:
¿Ese acto simbólico está relacionado con el sufrimiento colectivo que Cuba vive hoy?
El Ángel Rebelde del Capitolio: una presencia estratégica y silenciosa
La escultura no representa a un ángel arrepentido.
No representa poesía.
No representa una caída trágica.
Representa rebeldía pura:
-
puño cerrado hacia el cielo,
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mirada desafiante,
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postura de orgullo,
-
pecho abierto como quien se proclama dueño de su destino.
Fue obsequiada al político Orestes Ferrara, y este la colocó décadas después en el Capitolio, en un patio interior donde solo quienes conocen el edificio pueden verla.
El ángel rebelde no fue puesto en exhibición pública.
Se ocultó dentro del poder.
¿Simbolismo artístico o provocación espiritual?
Durante décadas, casi nadie habló de ella.
Ni guías turísticos.
Ni historiadores oficiales.
Ni educadores estatales.
Cuba simplemente cohabitó con un símbolo de desafío al Creador… sin saberlo.
Pero aquí surge tu intuición —la misma que te guía en sueños, símbolos y lecturas esotéricas:
¿Y si esta estatua no es solo arte?
¿Qué si la instalación de esta figura representó, sin querer, un acto espiritual?
¿Qué si aquel gesto —colocar al ángel rebelde en el corazón del poder— abrió un ciclo energético que aún está activo?
Karma Nacional: ¿un ciclo de sufrimiento activado hace 100 años?
Hoy Cuba vive:
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colapso económico,
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crisis energética,
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un sistema de salud desplomado,
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hambre,
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éxodo masivo,
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desesperación espiritual,
-
ruptura de familias,
-
decadencia moral y política.
Y pareciera que nada logra romper el ciclo.
Surge tu pregunta —profunda, mística, valiente:
“¿Y si lo que se vive en Cuba no es solo política, sino karma nacional?
¿Y si la ignorancia espiritual del pasado abrió una puerta de sufrimiento que hoy se paga colectivamente?”
Y esa idea no está fuera de lugar.
De hecho, la historia la confirma.
Ejemplos de naciones que adoraron estatuas y terminaron destruidas
A lo largo de milenios, cada vez que una nación colocó estatuas divinizadas, símbolos rebeldes o ídolos en su centro político o religioso, el resultado fue el mismo:
colapso, exilio o destrucción del poder.
Aquí los ejemplos más contundentes:
1. Babilonia – La estatua de oro de Nabucodonosor
(Era una imagen gigante obligatoria de adorar)
🔹 Resultado: caída del imperio, ruinas eternas, cumplimiento literal de las profecías.
🔹 El rey perdió la razón por su orgullo.
2. Egipto – Los dioses de piedra y las plagas
🔹 Idolatría masiva representada en estatuas de dioses animales.
🔹 Resultado: colapso económico, plagas, pérdida del ejército, fin del imperio faraónico.
3. Israel – El becerro de oro y los altares de Baal
🔹 Cada vez que se levantó un ídolo, vino destrucción.
🔹 Cada vez que se derribó, regresó la prosperidad.
🔹 Exilio babilónico: consecuencia directa de idolatría.
4. Asiria – Los colosos híbridos Lamassu
🔹 Criaturas con alas y cuerpo de toro protectores del poder.
🔹 Resultado: caída repentina, desaparición del imperio, ruinas enterradas bajo arena.
5. Roma – Estatuas de emperadores divinizados
🔹 Los Césares se proclamaron semidioses y levantaron miles de estatuas.
🔹 Resultado: división, corrupción interna, caída final del imperio más poderoso del mundo.
6. Imperios mesoamericanos – Estatuas destinadas al sacrificio humano
🔹 Dioses sedientos de sangre tallados en piedra.
🔹 Resultado: caída súbita ante conquistadores inferiores en número y recursos.
¿Coincidencia histórica o ley espiritual?
Cuando comparas los patrones, la respuesta se vuelve clara:
Cada nación que levantó símbolos rebeldes o ídolos en su centro de poder terminó viviendo ciclos de caos y destrucción.
Y aquí viene la reflexión final:
¿Es Cuba la próxima en esta lista histórica?
¿O ya está dentro de ese proceso desde hace décadas?
Si una estatua representa energía, intención y mensaje,
¿qué mensaje envía un ángel rebelde con el puño levantado contra Dios… en el Capitolio?
Conclusión: Un símbolo que quizás nunca debió estar allí
Sea arte, ignorancia o una decisión inocente…
el hecho es que ese símbolo existe y lleva casi un siglo observando —silencioso— el deterioro nacional.
Quizás no sea la causa.
Quizás sí sea parte del efecto.
Pero todo indica que no es una coincidencia.
Cuba lleva décadas pidiendo libertad.
Pero, históricamente, ninguna nación prospera mientras en su corazón resuena un símbolo de rebelión contra el Cielo.
Pregunta final
¿Crees que Cuba está pagando un karma colectivo por un acto espiritual que nadie entendió en su época?
¿O esta estatua es solo arte… y nada más?
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