Wednesday, September 18, 2024

La Hiperbórea una región mítica.

 La Hiperbórea es una región mítica, profundamente envuelta en el misterio, mencionada en varios relatos de la antigüedad, tanto en mitologías como en textos históricos y esotéricos. Su etimología proviene del griego "Hyperbóreos," que significa "más allá del viento del norte" o "más allá de Boreas," el dios griego del viento del norte. Esta tierra estaba supuestamente situada en los confines septentrionales de la Tierra, donde el frío y la oscuridad del invierno nunca llegaban, y el sol brillaba constantemente, como una especie de paraíso ártico.

La Hiperbórea es una región mítica


Descripción en las Fuentes Clásicas

En la mitología griega, los hiperbóreos eran una raza de seres bendecidos, viviendo en una tierra idílica que, según relatos, era inalcanzable para los mortales comunes. Apolonio de Rodas, Píndaro, y Heródoto mencionaron a los hiperbóreos en sus obras. En estos relatos, se hablaba de una raza longeva, pacífica, y profundamente espiritual, que vivía más allá de las montañas de los Rifeos (actualmente identificadas con los Montes Urales o incluso los Alpes).

Según Píndaro, los hiperbóreos estaban en constante contacto con los dioses, a menudo enviando tributos y ofrendas a Delfos, la ciudad sagrada de Apolo, dios de la luz y la profecía. De hecho, en algunas versiones del mito, se sugiere que Apolo mismo visitaba Hiperbórea durante el invierno, para disfrutar del eterno verano y el gozo de esta tierra mística.

Hiperbórea en el Esoterismo y la Teosofía

En la teosofía y el pensamiento esotérico de autores como Helena Blavatsky, Hiperbórea es vista como la patria original de una de las primeras razas humanas. En "La Doctrina Secreta," Blavatsky habla de ciclos cósmicos y razas-raíces, sugiriendo que los hiperbóreos fueron una raza que existió antes de la Lemuria y la Atlántida, vinculada al segundo ciclo de la humanidad.

Se decía que los hiperbóreos no eran humanos en el sentido material que entendemos hoy, sino seres etéreos que habitaban una Tierra vibrando en frecuencias más altas, lo que permitía su longevidad y conexión con lo divino. Su caída, similar a la de Atlántida, no fue física, sino espiritual, pues la materialización de los cuerpos y el alejamiento de las verdades superiores fue lo que los condenó al olvido.

El ocultista Julius Evola y otros autores tradicionalistas también hablaban de Hiperbórea en términos de un mito primordial. En su cosmovisión, Hiperbórea representaba un estado espiritual más que geográfico, un lugar de pureza y perfección que se perdió con el paso del tiempo y la degeneración de la humanidad. Evola conectaba este mito con la idea de una Edad de Oro perdida, donde los hombres vivían en armonía con las fuerzas cósmicas.

Mapa de Hiperbórea

Durante siglos, especialmente en la Edad Media, se intentó ubicar geográficamente a Hiperbórea en mapas. En los antiguos mapas de los siglos XVI y XVII, se representa a veces como una isla circular alrededor del Polo Norte. El cartógrafo Gerardus Mercator, famoso por su proyección de mapas, creó un mapa donde el Polo Norte está rodeado por cuatro grandes masas de tierra, que muchos creen podrían corresponder a descripciones de Hiperbórea. Estos mapas colocaban estas tierras en lo que hoy conocemos como el Ártico, en lo que algunos piensan que pudo ser un intento de conciliar la geografía real con los relatos mitológicos.

Algunos mapas del Renacimiento mostraban a Hiperbórea como una vasta región al norte de Escandinavia, más allá del Mar de Barents, incluso conectada con Groenlandia. Sin embargo, con el avance de la cartografía y la exploración del Ártico, la idea de una tierra habitable en el Polo Norte se fue desechando en favor de una realidad más fría y desolada.

Hipótesis Modernas y Teorías Alternativas

Más recientemente, en teorías alternativas y pseudocientíficas, Hiperbórea ha sido asociada con la Tierra Hueca y la existencia de civilizaciones avanzadas que habitan bajo la superficie de la Tierra. Algunos autores, como el explorador Olaf Jansen, en su libro "The Smoky God," narran historias sobre la entrada a una tierra paradisíaca oculta en el Polo Norte. Estas narrativas, aunque carentes de evidencia científica, persisten en círculos de conspiración y en ciertos movimientos esotéricos modernos.

Además, los teóricos de la conspiración han relacionado a Hiperbórea con teorías raciales y civilizaciones perdidas, algunas con vínculos desafortunados a ideologías extremistas, que idealizan esta tierra como el origen de una raza pura y avanzada, conceptos que han sido fuertemente criticados por su falta de rigor histórico y su uso en contextos políticos.

Conclusión

Hiperbórea es, en su esencia, una representación de un anhelo profundo por un tiempo y un lugar perdidos, un paraíso ideal donde la humanidad estaba más cerca de lo divino y de la naturaleza. Este mito, como muchos otros sobre tierras perdidas (Atlantis, Lemuria), toca una fibra sensible en la imaginación colectiva. La existencia o no de esta región es menos importante que lo que simboliza: el deseo de recuperar un estado primordial de pureza y conexión espiritual.

A través de las edades, desde la antigüedad clásica hasta el esoterismo moderno, Hiperbórea ha perdurado como un símbolo de un pasado glorioso y un destino perdido que quizás algún día se recupere, no en lo físico, sino en lo espiritual.


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