El Infierno a Través de las Escrituras: Biblia, Qurán, Textos Gnósticos y Mitología.

La noción de un infierno, un lugar de tormento o castigo eterno, ha existido en varias culturas y religiones a lo largo de la historia. Este concepto varía significativamente dependiendo de las fuentes teológicas y mitológicas. En este post, exploraremos cómo el infierno es descrito en algunos de los textos más influyentes: la Biblia, el Qurán, los libros gnósticos y la mitología antigua. Cada una de estas fuentes aporta un enfoque único a la cuestión de lo que sucede con las almas después de la muerte, brindando una visión fascinante sobre la idea de un castigo eterno.

El Infierno en la Biblia

Antiguo Testamento (Sheol)

En el Antiguo Testamento, la idea de un lugar de tormento no está tan desarrollada como en el Nuevo Testamento. La palabra Sheol es utilizada para describir un lugar de sombras y muerte al que van las almas después de fallecer. No necesariamente es un lugar de castigo, sino un estado de existencia después de la muerte donde las almas esperan.

Por ejemplo, en el libro de Eclesiastés 9:10, se dice: "Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Sheol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría."

Sin embargo, hay algunos indicios de castigo futuro, especialmente en textos proféticos, como en Daniel 12:2, que habla de una resurrección para unos a la vida eterna y para otros a "vergüenza y confusión perpetua."

Nuevo Testamento (Gehenna y Hades)

En el Nuevo Testamento, la idea del infierno como un lugar de castigo eterno es más clara. Gehenna es el término que Jesús usa para describir este lugar de tormento (Mateo 10:28). Gehenna hace referencia a un valle fuera de Jerusalén, donde se quemaba basura y se sacrificaban niños a dioses paganos en tiempos antiguos, lo que lo convierte en un símbolo del castigo eterno.

En Lucas 16:19-31, Jesús relata la parábola del rico y Lázaro, donde describe el Hades, el lugar de los muertos, como un sitio de tormento donde las almas sufren. En este relato, el rico está en tormento mientras ve a Lázaro en el "seno de Abraham," lo que sugiere una división entre los justos y los condenados.

Finalmente, en el libro del Apocalipsis (Apocalipsis 20:14), se habla del "lago de fuego," que es la muerte segunda, y donde los condenados son arrojados para sufrir eternamente.

El Infierno en el Qurán

En el Islam, el infierno es conocido como Jahannam, un lugar donde los impíos y los pecadores son castigados después de la resurrección. El Qurán ofrece descripciones detalladas y vívidas de Jahannam, señalando que es un lugar de tormento físico y psicológico, con castigos que incluyen fuego abrasador, agua hirviente, y una atmósfera de desesperanza.

Un ejemplo de esto se encuentra en Surah 4:56: "A quienes rechacen Nuestros signos, pronto los arrojaremos al fuego; cada vez que su piel esté consumida, se la cambiaremos por otra para que sigan sufriendo."

Además, el Qurán menciona que el castigo en Jahannam no es el mismo para todos, pues algunos recibirán tormentos más severos dependiendo de la gravedad de sus pecados. Los hipócritas y aquellos que rechacen la fe son vistos como los más gravemente castigados (Surah 4:145).

Otra característica interesante del infierno islámico es que algunos de los condenados podrían, después de sufrir durante un tiempo, ser perdonados por Allah y llevados al paraíso, lo que contrasta con la idea cristiana de un infierno eterno.

El Infierno en los Textos Gnósticos

Los textos gnósticos tienen una visión distinta del infierno y del castigo después de la muerte. En la tradición gnóstica, el infierno no es tanto un lugar físico como una condición espiritual. Los gnósticos creían que el mundo material era inherentemente corrupto y que la vida en este mundo era una forma de prisión o exilio de la divinidad.

Uno de los textos más significativos, el Evangelio de Judas, revela una visión alternativa del infierno. Según el gnosticismo, el infierno es el estado en que las almas están atrapadas en el ciclo de reencarnaciones dentro del mundo material. Para los gnósticos, el objetivo era escapar de la prisión de la materia y regresar a la fuente divina de la que las almas provenían originalmente. Aquellos que no logran este despertar espiritual están condenados a continuar en este ciclo de ignorancia y sufrimiento.

Otro texto, el Apocalipsis de Pedro, describe una visión del infierno que refleja castigos específicos para diferentes tipos de pecadores, similar a las descripciones de Dante siglos más tarde. Sin embargo, el enfoque gnóstico se centra más en la liberación de la ignorancia que en un castigo eterno.

El Infierno en la Mitología

En la mitología griega, el concepto del infierno se refleja en el Hades, tanto el nombre del dios del inframundo como el del lugar en sí. Hades se divide en diferentes secciones, incluyendo Tártaro, que es donde los malvados son castigados. El Tártaro es descrito como un lugar oscuro y terrible donde los titanes y los peores criminales, como Sísifo y Tántalo, sufrían castigos eternos.

Por ejemplo, Sísifo, condenado por su astucia y engaños, fue obligado a rodar una piedra cuesta arriba por la eternidad solo para verla caer una y otra vez. Tántalo, por su crimen de ofrecer a su hijo como sacrificio a los dioses, fue condenado a estar en un lago de agua hasta el cuello, pero cuando intentaba beber, el agua desaparecía.

En la mitología nórdica, encontramos el reino de Hel, gobernado por la diosa del mismo nombre. Hel es un lugar frío y sombrío al que van los que mueren de vejez o enfermedad. Aunque Hel no es un lugar de tormento físico como el cristiano, representa una separación de los guerreros honrados que son llevados a Valhalla.

Conclusión

A lo largo de las diferentes tradiciones religiosas y mitológicas, el concepto del infierno varía ampliamente, pero la idea central es la misma: el infierno es un lugar o estado reservado para aquellos que se han apartado del camino de la verdad, la justicia o la divinidad. En la Biblia, es un lugar de sufrimiento eterno para los que rechazan a Dios. En el Qurán, Jahannam es un lugar de castigo físico,