En la Biblia, la persona que peleó con Dios y fue llamada Israel es Jacob, uno de los patriarcas del pueblo de Israel.
La historia se encuentra en el libro de Génesis 32:22-32, donde Jacob, mientras regresaba a su tierra natal, tuvo un misterioso encuentro. En el relato, Jacob pasa la noche solo y es abordado por un ser con el que lucha hasta el amanecer. Este ser ha sido interpretado de diferentes maneras: como un ángel, un hombre o incluso como Dios mismo. Durante esta lucha, Jacob se niega a rendirse, y al final exige una bendición de aquel con quien ha peleado.
En Génesis 32:26, Jacob dice: "No te dejaré, si no me bendices." El ser accede a su petición y le da un nuevo nombre: Israel, que significa "el que lucha con Dios" o "Dios prevalece". El versículo Génesis 32:28 dice:
"Y el hombre le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido."
Este evento marca un momento significativo en la vida de Jacob, ya que recibe no solo una bendición, sino también un nuevo nombre, Israel, que se convertiría en el nombre del pueblo de Dios.
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