La lengua española que conocemos hoy ha evolucionado a lo largo de siglos. Este idioma ha experimentado una transformación tan profunda que, si pudiéramos escuchar a nuestros antepasados medievales hablando o leer sus textos originales, notaríamos diferencias tan drásticas que nos resultaría difícil comprenderlos sin preparación. El español antiguo, o “viejo español”, se refiere al idioma que se usaba en la península ibérica desde la Edad Media hasta la época del Siglo de Oro, y aunque conserva la raíz latina, su estructura, léxico y pronunciación eran notablemente diferentes del español contemporáneo.
Orígenes y Evolución del Viejo Español
El español medieval, también llamado castellano antiguo, comenzó a desarrollarse en la región de Castilla y León alrededor del siglo X, a medida que las lenguas romances derivadas del latín vulgar evolucionaban de manera independiente en distintas áreas de la península ibérica. Con la Reconquista y la expansión del reino castellano, el idioma ganó predominancia. Durante el reinado de Alfonso X, el Sabio, en el siglo XIII, se formalizó una primera estandarización del idioma mediante la recopilación de textos en castellano. Esto fue clave para su consolidación como lengua oficial, un proceso que continuaría hasta los siglos XV y XVI.
Características del Viejo Español en la Escritura
Una de las primeras diferencias visibles entre el viejo español y el español moderno es la ortografía. Palabras que hoy se escriben de manera simplificada y sin complicaciones tenían una variedad de formas en la escritura antigua. Por ejemplo:
Uso de la “f” inicial: En lugar de la “h” actual, palabras como “facer” y “fijo” se usaban en lugar de “hacer” y “hijo”. Este cambio se dio a lo largo de los siglos debido a la evolución fonética, donde el sonido de la “f” se fue suavizando.
Pronombres y sufijos: La estructura de los pronombres y sus formas antiguas eran notablemente distintas. Por ejemplo, se usaba “vos” en vez de “tú”, un pronombre formal que todavía persiste en algunas regiones. Los sufijos también variaban, siendo más comunes las terminaciones en "-edes" o "-ades" para la segunda persona plural, donde hoy se usa "ais" o "éis" (como en “vosotros comedes” en lugar de “vosotros coméis”).
Letras y grafías desaparecidas: Letras como la “ç” (cedilla) y “ſ” (s larga) eran comunes, y no fue hasta la reforma ortográfica de los siglos XVIII y XIX que estas fueron abandonadas. La “ç” se usaba, por ejemplo, en palabras como “caçar” (hoy “cazar”).
Palabras arcaicas: Muchas palabras que ya no usamos, o cuyo significado ha cambiado, se encuentran en los textos medievales. Palabras como “donzel” (muchacho), “fijo” (hijo), y “cuydado” (cuidado), eran comunes y con el tiempo evolucionaron o fueron reemplazadas por otros términos.
La Pronunciación del Viejo Español
En cuanto a la pronunciación, el español antiguo tenía sonidos que hoy son prácticamente desconocidos en el idioma. La evolución fonética ha sido notable. Por ejemplo:
Yeísmo: En el español medieval, la distinción entre la “ll” y la “y” era marcada. Hoy en día, muchos dialectos del español han perdido esta distinción y pronuncian ambas letras de la misma manera.
Seseo y ceceo: En el castellano medieval, existía una clara diferencia entre el sonido de la “s” y el sonido de la “z” o “c” antes de "e" e "i", donde se pronunciaba con un sonido similar a la "th" inglesa. Este “ceceo” todavía persiste en algunas regiones de España, pero no se extendió al español de América.
Consonantes sonoras: El español antiguo mantenía las consonantes sonoras de manera distinta. Por ejemplo, la “d” final en palabras como “verdad” o “ciudad” se pronunciaba de forma más clara y fuerte, mientras que en el español actual se suaviza o incluso se omite en muchos dialectos.
Ejemplos de Textos en Viejo Español
Una excelente manera de experimentar el viejo español es a través de sus textos clásicos. El Cantar de Mio Cid, un poema épico del siglo XII, es una de las obras más representativas. En él, se pueden observar todas las características del castellano antiguo, y su lectura nos permite entender cómo el idioma servía para narrar las historias heroicas y las costumbres de la época. Aquí un fragmento:
“De los sos ojos tan fuertemientre llorando, tornava la cabeça e estavalos catando. Vio puertas abiertas e uços sin cañados, alcandaras vazias, sin pielles e sin mantos.”
Este estilo es notablemente distinto al español moderno tanto en estructura como en elección de vocabulario, lo cual resalta la evolución y la riqueza cultural que la lengua ha adquirido.
Aquí tienes un breve texto en un estilo que evoca el español antiguo, inspirado en los textos medievales como El Cantar de Mio Cid. Te daré un ejemplo que habla de la nobleza y el valor en aquellos tiempos.
"En tierras de Castilla, dond’el sol fenece tras las altas sierras, andavan los varones honrados, firmes de espirito e sabidores de los mandados divinos. Grandes fechos fazién, e con fidalgo coraçon servían a Dios e a su señor. Ca en aquel tiempo los homes non dudavan del onor, nin temían a la muerte, ca sabién que la gloria e la fama sobreviven a todo en este mundo.
Los cavalleros partiénse al alba, e con corazones leales e espadas en mano defendién la tierra e las gentes de aquellos enemigos que osavan desafiar a Castilla. Ansí fue que los dizían que la honra vale más que la vida, ca el cuerpo es de la tierra e la honra del cielo."
Este estilo recuerda cómo se escribía en los siglos medievales, donde se usaban palabras y construcciones diferentes, como "fazién" (hacían), "homes" (hombres), "non" (no), y "ca" (pues/ya que). Es un reflejo de la elegancia y solemnidad del idioma de aquella época, en la cual el lenguaje y el honor iban de la mano en las narraciones de las hazañas y las virtudes de los héroes.
El Legado del Viejo Español
El viejo español es una ventana invaluable al pasado, ya que nos muestra cómo vivían, sentían y se expresaban nuestros antepasados. Hoy en día, el estudio del español antiguo no solo es un ejercicio académico, sino también una manera de conectar con nuestras raíces y entender las influencias que formaron el español actual. Al leer y analizar estos textos, podemos ver las huellas de los cambios históricos, como la influencia del latín y de otras lenguas, el desarrollo de la literatura, y el impacto de los eventos históricos como la Reconquista.
Además, muchas palabras y frases del viejo español aún perviven en el lenguaje actual, especialmente en expresiones coloquiales y refranes. Explorar el castellano antiguo nos da una perspectiva única sobre el lenguaje como un ser vivo que sigue evolucionando, adaptándose a las necesidades de quienes lo usan. En cada palabra de nuestros textos medievales se esconden las raíces de lo que somos hoy en día.
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